12.29.2005

Visita de rutina y control

Ayer estuvimos de nuevo en el gine.
Por fin nos dio el volante para la eco de las 20 semanas, esa de la que se habla tanto porque debe de ser flipante!!

También me peso y he adelgazado todo un kilito

mas contenta yo.... buff!!
al menos asi, dejan de darme la brasa con los excesos...

Por lo demas, todo perfecto, la incisión de la amnio curada y el liquido totalmente repuesto, que alivio.

Vimos a la lentejita, su corazon, sus costillas, su estómago... y vimos una vez mas que no paraba de moverse y sobre todo de dar golpes con su cabecita en mi vejiga...

Asi no me extraña que esté todo el dia con ganas de hacer pis!!

¡¡¡ LENTEJITA DEJA DE DAR GOLPES A TU MADRE, QUE SE HACE PIS TODO EL SANTO DIA !!!

XDDDDD

12.26.2005

Cuentame un cuento...

Abuelo Pepe, cuentame un cuento
Si, pero mientras debes terminar tu cena:

Erase una vez una niña muy pequeña, mucho más pequeña que tú, tan pequeña que todo el mundo la llamaba Lentejita.
Cuando sus papás querian salir a bailar , cuidaban de ella un pez Rojo, un gordito gato Pardo y su tia Electra, de pelo gris y corazón tranquilo.

A la niña le encantaba quedarse en casa de su tia, Lentejita siempre pensó que era una bruja buena, como esas de los cuentos, pues hacia de esas tardes solitarias, largas como una serpiente Pitón, aburridas como un florero sin flores y pesadas como un rinoceronte de 2600 Kilos, maravillosas horas llenas de imaginación y aventura.

Lentejita, generalmente era una niña buena, pero algo caprichosa a la hora de comer y sus cenas normalmente se convertian en un lecho de lágrimas ante el plato que su mamá tan gustosamente cocinaba para ella.
Con la tia Electra todo era distinto, pues la magia habitaba en esa cocina y Lentejita todas esas tardes esperaba con impaciencia la hora de la cena en casa de su tia Electra.

La tia Electra, con una sabana, un pintalabios y unas cuantas palabras mágicas, la podia convertir según el dia, en un pirata curioso, en un fantasma asustón o en una princesa árabe presumida.

-Tia Electra, ¿en qué me vas a convertir hoy?
-Lentejita, esta noche un pirata curioso, serás...

Poco a poco, la agradable cocina, se convertia en un viejo barco, y el tranquilo pez Rojo crecia y crecia hasta que se salia de su pecera transformadose en un tiburón hambriento al que Lentejita debia alimentar.
Desde la banqueta más alta de la cocina, la pirata Lentejita, con su catalejo de cartón, vigilaba atentamente ese huevo cocido que la tia Electra cocinaba para ella, y cuando lo ponia encima de la mesa en su huevera preferida, Lentejita, sintiendo que era su botín, con mucho cuidado para no romper la cáscara, saboreaba el suave y maravilloso sabor de esa yema color del oro empapandola de pan, y sin dejar ni una gotita, y limpiando bien la cáscara, se lo entregaba a la Tia Electra. Depués, con un rotulador, dibujaba la tia Electra en los huevos vacios simpáticas caras de grandes ojos y sonrientes bocas. Asi la niña jugaba el resto de la tarde con su terrible tiburón Rojo y sus grumetes con cara de huevo entre las olas del mar.

Otras veces la Tia Electra la hacia ser un fantasma asustón, entonces Lentejita ya no veia más una cocina, sino un castillo con gruesos muros, que lo recorria uh, uhh asustando al viento y a las sombras. Cuando Lentejita “la fantasma” se cansaba de asustar,como era invisible y nadie la podia ver, se subia a la silla más alta para alcanzar alguna de esas galletas, que tanto le gustaban a ella y a Pardo el gato,y q comian con cara de pillos escondidos en algún rincón del castillo, hasta que aparecia en la mesa un plato de pure de patatas con la que hacia una deliciosa montaña fantasmal, para comersela toda toda sin dejar ni un poco.
-Tia yo quiero ser una princesa árabe,
esto era lo que más le gustaba, y cuando la tia con su tela mágica decia, -una princesa serás,
y gato Pardo, ya no era un gordito y tranquilo gato, sino un precioso tigre de Bengala que acompañaba a la princesa en sus aventuras, y la cocina ya no era más cocina, era un precioso palacio con exóticos olores a azmizcle y a canela.
El color de los limones y el frescor de las naranjas la hacian suspirar y bailar entre los vapores y perfúmenes de arroz con leche que su tia preparaba y que juntas, junto al pez Rojo y al gato Pardo comian muy felices brillando como dos libelulas.
Más tarde, cuando la luna aparecia por la ventana, el pez Rojo bostezaba, y el gato Pardo ronroneaba junto a la chimenea, la cocina volvia a ser cocina, y a Lentejita le venia el sueño. Entonces era la Tia Electra, la que con su mágico poder de bruja buena, se convertia enredadera, y abrazandola entre el latir de su corazón tranquilo, volaba con ella hasta la cama.
Allí, la tia Electra,con mucho amor, le bañaba suavemente los ojos con leche y miel para que la pequeña Lentejita buzeara toda la noche entre dulces sueños...
y colorin colorado, este cuento se ha acabado....

Abuelo Pepe, cuentame otro cuento.
No hijita, no te has terminado la cena.

Cuento de Ana Leticia Portero